sábado, 28 de marzo de 2015

“EL LIDERAZGO EDUCATIVO Y LA GESTION DE LOS RECURSOS HUMANOS EN LOS CENTROS ESCOLARES”


Descripción: C:\Users\Santiago\Pictures\logo.png
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
242
CD. VALLES, S.L.P.




EL LIDERAZGO EDUCATIVO Y LA GESTION DE LOS RECURSOS HUMANOS EN LOS CENTROS ESCOLARES”



·         Asesor: Juan José Rojas
·         Asesora: Gabriela Mtz. Compeán.
·         Erika de los Santos Martínez
·         Maestría en Educación Básica




A 28 de marzo del 2015

Muchos son los cambios que se han generado en las últimas décadas en el rubro educativo  tanto en el plano internacional como en el plano nacional. La sociedad demanda la preparación de profesionales de la educación quienes cuenten con competencia diversas las cuales les permitan insertarse en el mercado laboral. Y qué decir de la dinámica dentro de las instituciones educativas, mismas que dejaron de responder ante las demandas que la sociedad constantemente ha ido planteando. Programas educativos que no corresponden ante los cambios acelerados que la sociedad ha presentado, formas de organización al interior de las instituciones educativas que no dan respuesta tampoco a los estándares que a nivel internacional se requiere. La distribución del poder entre todos los agentes educativos pertenecientes a una institución misma, concepciones en cuanto a enseñanza, aprendizaje, la reorientación de roles, la diversa concepción de liderazgo, formas de participación diversas y en sí muchas cuestiones más.
Es menester un cambio al interior de las instituciones educativas, cambio que implica un elemento primordial en la dinámica de las mismas. Hablamos del liderazgo. Como es sabido el liderazgo es concebido como la capacidad y habilidad  que tiene una persona para influir sobre la toma de decisiones de una o un grupo de personas. Este es un elemento de vital importancia porque actualmente el concepto ha ampliado su margen de acción y perspectiva sobre el funcionamiento de una organización.
Dentro de una estructura vertical en la organización caracterizada por la existencia de cargos jerárquicos visiblemente definidos y preestablecidos, el liderazgo es y era ejercido en las instituciones educativas por una sola persona quien ocupara el mayor cargo jerárquico dentro de la misma. De esta manera era quien proponía, planteaba, tomaba decisiones y ejercía el poder sobre toda el sistema. No había pauta para consenso ni prácticas democráticas.
Ésta concepción ha dado un giro radical puesto que el liderazgo aunque sigue siendo la capacidad y habilidad de una persona para ejercer influencia sobre otras en la toma de decisiones, el liderazgo ha sido reorientado hacia la toma de decisiones de manera democrática, es decir un liderazgo compartido.
Es así como actualmente el liderazgo se encuentra sustentado dentro de los principios en que se basa el programa de educación básica vigente en nuestro país. El sistema educativo demanda la reorientación del liderazgo basado en un liderazgo compartido entre directivos, docentes y padres de familia, quienes de manera conjunta se adentren a un proceso de consenso y de toma de decisiones en beneficio del centro escolar.

Esta nueva perspectiva se encuentra fundamentada en el actual programa de estudios de la educación básica, y en el acuerdo secretarial 717 por el cual se establecen los lineamientos para formular los programas de gestión escolar. La directriz de dicho acuerdo va con miras a generar una cultura de autonomía dentro de los centros escolares, quienes involucren a todos sus agentes educativos para trabajar de manera colaborativa en el diseño y gestión de programas o proyectos para la gestión de propios recursos, los cuales respondan ante las necesidades que como institución se tengan.
Todo lo anterior representa una nueva dinámica al interior de los centros escolares donde la responsabilidad de recursos es delegada por el sistema educativa hacia los mismos centros, quienes de manera autónoma velarán por los mismos para su obtención.
Claro está que dichos cambios representan un gran reto para nuestros centros escolares, puesto que se arrastra con una cultura caracterizada por el trabajo aislado y el desinterés sobre articular esfuerzos, donde se ha perpetuado un estado de confort de los agentes educativos, no en su totalidad, pero donde si se ha laborado sin tener una cultura de rendición de cuentas. Ahora ésta nueva dinámica representa dejar atrás estas prácticas para dar paso a una cultura de autonomía, de trabajo colaborativo, de reorientación del liderazgo y de muchos aspectos más que se ponen en juego día a día, y donde es menester contar con una participación activa de todos los partícipes del proceso.
Es por ello la importancia de reconocer las capacidades y habilidades de todos los miembros de la organización quienes de una manera u otra pueden contribuir en lograr elevar la calidad educativa, y saber que el poder no solo se concentra en una persona, sino que existe la capacidad de trabajar colaborativamente en beneficio de los alumnos.














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