
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA
NACIONAL
242
CD. VALLES, S.L.P.
“EL CAMBIO PLANIFICADO
EN LAS ESCUELAS”
·
Asesor: Juan José Rojas
·
Erika de los Santos Martínez
·
Maestría en Educación Básica
A 27 de marzo del 2015
INTRODUCCION
El cambio planificado en las
instituciones educativas, actualmente resulta ser un tema de vital
importancia ante los cambios tanto a
nivel internacional como a nivel en nuestro país. En lo que respecta en las
últimas décadas en el rubro educativo, se ha hecho énfasis en lograr la calidad
educativa en cada uno de los países que han sido partícipes de foros y
encuentros a nivel internacional.
Sin embargo, la pregunta
radica ¿ En cómo lograr un cambio planificado para elevar la calidad educativa
y dar respuesta a los estándares internacionales?. Lo anterior no es tarea
fácil, por lo que respecta en nuestro país, diversos son los factores que
imposibilitan o pueden llegar a obstruir la meta a alcanzar. México es un país
el cual carga con una cultura de simulación y de prácticas educativas empíricas las cuales le
han caracterizado durante mucho tiempo, donde se han implementado modelos
educativos no acorde a las necesidades reales y por tales motivos, los
resultados obtenidos en materia educativa, no son los deseables por el mismo
sistema.
En el presente trabajo se
plantean una serie de etapas básicas las cuales son bases a seguir para un
cambio planificado dentro de las instituciones educativas, las cuales son
necesarias seguir de manera paulatina porque representan un proceso en el cual
se involucra a todos los agentes educativos pertenecientes al centro escolar.
Es adentrarse a una práctica
donde todos trabajan de manera colaborativa acorde al nuevo modelo educativo de
gestión, el cual responde a los estándares internacionales y a la reforma
educativa última que el sistema educativo implementó.
Para hablar primeramente de un cambio en la escuela, es
menester hablar de lo que alude la palabra “cambio” puesto que las perspectivas
o contextos a que nos refiramos puede divergir.
Cambio alude a la modificación de un estado en que se encuentra a otro,
el cual puede ser planificado o no. Es decir pasar de un estado a otro. En su
caso el cambio planificado se refiere a una visión contemplada de hacia donde se quiere llegar, en el cual se
contemplan una serie de acciones y demás elementos para poder alcanzar el
estado visualizado.
El cambio planificado
consiste en un proceso de análisis en el que se permite planificar, es decir
prever y ordenar una serie de actividades tendientes hacia un objetivo en éste
caso común. Lo idóneo es que a nivel institucional, los objetivos e intereses
converjan en beneficio del mismo centro escolar.
Ahora bien, para llevar a
cabo un cambio planificado a nivel institucional son necesarias diversas
cuestiones y varía de cada perspectiva, las fases o etapas por las cuales es
necesario trabajar. Sin embargo entre las etapas bases tenemos que es necesario
un diagnóstico a nivel institucional, la detección de un problema o las
necesidades del centro, un seguimiento o aplicación de acciones tendientes
hacia la mejora y un sistema de evaluación el cual permita vislumbrar los
alcances de las alternativas de solución y en su caso retroalimentar el
proceso.
En cada una de las etapas es
necesaria la participación conjunta de todos los agentes educativos del centro
es decir, padres de familia, directivos, personal de apoyo y el colectivo
docente. Ello implica trabajar en una labor de detección de necesidades o
problemas que aquejan al centro y que le impiden avanzar hacia un objetivo en
común. Sin embargo muchas son las cuestiones u obstáculo a los cuales podemos
enfrentarnos, empezando por las actitudes de resistencia, las cuales aparecen
ante el miedo a evidenciar la situación real de la institución.
Ante esto, trabajar en la
concientización de los beneficios que pueden implicar adentrarse a este proceso
de cambio es menester, puesto que ello facilita el vislumbrar el panorama al
que se puede alcanzar con la participación de todos los implicados. Quizá es la
tarea más compleja, erradicar esta cultura y estado de confort, en la que no se
desea avanzar por miedo a evidenciar debilidades.
Una vez siendo conscientes
de los alcances de logro en ésta labor, se puede motivar la participación de
los agentes educativos hacia la detección de las necesidades o problemáticas
que atañen a la institución. En esta labor de investigación es necesario
adentrarse a un proceso metodológico el cual deje a un lado la cultura de
improvisación de prácticas meramente empíricas y dar paso a un proceso
sustentado y metodológico que arroje
problemas o necesidades reales.
Una vez contando con una realidad visible, se está en
condiciones de pasar a la planificación de acciones las cuales estarán
orientadas hacia subsanar las necesidades presentadas. En este caso las
acciones deberán estar meticulosamente previstas y planeadas mediante un
proceso sistemático que permita atender de forma eficiente y pertinente.
Por último es necesario
contar con un sistema de evaluación acorde a todo el proceso llevado a cabo. Esta
evaluación permitirá vislumbrar los alcances obtenidos durante todo este
proceso para ello es necesario el diseño
de instrumentos de evaluación acorde a las acciones emprendidas y sobre todo al
objetivo que se planteó en un inicio. Los instrumentos de evaluación son
imprescindibles para medir y valorar el
alcance de todo el proceso.
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