viernes, 27 de marzo de 2015

EL CAMBIO PLANIFICADO EN LAS ESCUELAS


Descripción: C:\Users\Santiago\Pictures\logo.png
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
242
CD. VALLES, S.L.P.




EL CAMBIO PLANIFICADO EN LAS ESCUELAS”



·         Asesor: Juan José Rojas
·         Erika de los Santos Martínez
·         Maestría en Educación Básica




A 27 de marzo del 2015



INTRODUCCION


El cambio planificado en las instituciones educativas, actualmente resulta ser un tema de vital importancia  ante los cambios tanto a nivel internacional como a nivel en nuestro país. En lo que respecta en las últimas décadas en el rubro educativo, se ha hecho énfasis en lograr la calidad educativa en cada uno de los países que han sido partícipes de foros y encuentros a nivel internacional.

Sin embargo, la pregunta radica ¿ En cómo lograr un cambio planificado para elevar la calidad educativa y dar respuesta a los estándares internacionales?. Lo anterior no es tarea fácil, por lo que respecta en nuestro país, diversos son los factores que imposibilitan o pueden llegar a obstruir la meta a alcanzar. México es un país el cual carga con una cultura de simulación y de  prácticas educativas empíricas las cuales le han caracterizado durante mucho tiempo, donde se han implementado modelos educativos no acorde a las necesidades reales y por tales motivos, los resultados obtenidos en materia educativa, no son los deseables por el mismo sistema.

En el presente trabajo se plantean una serie de etapas básicas las cuales son bases a seguir para un cambio planificado dentro de las instituciones educativas, las cuales son necesarias seguir de manera paulatina porque representan un proceso en el cual se involucra a todos los agentes educativos pertenecientes al centro escolar.

Es adentrarse a una práctica donde todos trabajan de manera colaborativa acorde al nuevo modelo educativo de gestión, el cual responde a los estándares internacionales y a la reforma educativa última que el sistema educativo implementó.









Para hablar  primeramente de un cambio en la escuela, es menester hablar de lo que alude la palabra “cambio” puesto que las perspectivas o contextos a que nos refiramos puede divergir.  Cambio alude a la modificación de un estado en que se encuentra a otro, el cual puede ser planificado o no. Es decir pasar de un estado a otro. En su caso el cambio planificado se refiere a una visión contemplada de  hacia donde se quiere llegar, en el cual se contemplan una serie de acciones y demás elementos para poder alcanzar el estado visualizado.
El cambio planificado consiste en un proceso de análisis en el que se permite planificar, es decir prever y ordenar una serie de actividades tendientes hacia un objetivo en éste caso común. Lo idóneo es que a nivel institucional, los objetivos e intereses converjan en beneficio del mismo centro escolar.
Ahora bien, para llevar a cabo un cambio planificado a nivel institucional son necesarias diversas cuestiones y varía de cada perspectiva, las fases o etapas por las cuales es necesario trabajar. Sin embargo entre las etapas bases tenemos que es necesario un diagnóstico a nivel institucional, la detección de un problema o las necesidades del centro, un seguimiento o aplicación de acciones tendientes hacia la mejora y un sistema de evaluación el cual permita vislumbrar los alcances de las alternativas de solución y en su caso retroalimentar el proceso.
En cada una de las etapas es necesaria la participación conjunta de todos los agentes educativos del centro es decir, padres de familia, directivos, personal de apoyo y el colectivo docente. Ello implica trabajar en una labor de detección de necesidades o problemas que aquejan al centro y que le impiden avanzar hacia un objetivo en común. Sin embargo muchas son las cuestiones u obstáculo a los cuales podemos enfrentarnos, empezando por las actitudes de resistencia, las cuales aparecen ante el miedo a evidenciar la situación real de la institución.
Ante esto, trabajar en la concientización de los beneficios que pueden implicar adentrarse a este proceso de cambio es menester, puesto que ello facilita el vislumbrar el panorama al que se puede alcanzar con la participación de todos los implicados. Quizá es la tarea más compleja, erradicar esta cultura y estado de confort, en la que no se desea avanzar por miedo a evidenciar debilidades.
Una vez siendo conscientes de los alcances de logro en ésta labor, se puede motivar la participación de los agentes educativos hacia la detección de las necesidades o problemáticas que atañen a la institución. En esta labor de investigación es necesario adentrarse a un proceso metodológico el cual deje a un lado la cultura de improvisación de prácticas meramente empíricas y dar paso a un proceso sustentado y metodológico que arroje  problemas o necesidades reales.
Una vez  contando con una realidad visible, se está en condiciones de pasar a la planificación de acciones las cuales estarán orientadas hacia subsanar las necesidades presentadas. En este caso las acciones deberán estar meticulosamente previstas y planeadas mediante un proceso sistemático que permita atender de forma eficiente y pertinente.
Por último es necesario contar con un sistema de evaluación acorde a todo el proceso llevado a cabo. Esta evaluación permitirá vislumbrar los alcances obtenidos durante todo este proceso  para ello es necesario el diseño de instrumentos de evaluación acorde a las acciones emprendidas y sobre todo al objetivo que se planteó en un inicio. Los instrumentos de evaluación son imprescindibles para medir y valorar  el alcance de todo el proceso.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario